
En apenas unos minutos la mayoría de los asientos estaban ocupados y los focos se apagaron. Era la noche de Tiburón, pertenecía a la colección personal del alcalde. Don Ramón era un hombre contundente, andar pesado y manos rollizas, como las de alguien que hace tiempo dejó de usarlas de forma productiva; Doña Margarita tenía aspecto de tinaja, bien labrada, exquisitamente decorada y vacía de contenido. A pesar de las cualidades inherentes a su esposa, el alcalde estaba obsesionado con las mujeres voluminosas en bata blanca. Susanita, la chica de la limpieza de la tercera planta, donde estaba su despacho, llevaba T 10 LETRAS SALVAJES 26 también una bata blanca ligera, sin sujetador cuando apretaba el calor, los primeros botones desabrochados y esa copa B buscaba el aire acondicionado cuando nadie la veía, él tiraba papeles al suelo para hacerla agacharse y otear desde las alturas las montañas rocosas. La tenía sentada al lado. Al llegar a la plaza se la encontraron acompañada por el padre, Melancio, un municipal zalamero que se moría por el culo de Margarita. Era tímida, muy rubia y sonrosada, de carnes esponjosas, muy servicial y educada.
Harris, la conminaba a casarse porque su relación era un mal ejemplo para los jóvenes de América. La alusión de Hedda al poder consolador de Beatty no tenía nada de extraordinario; si el actor tenía tanto éxito no era solo por su encanto descrito tantas veces como intoxicante, su resistencia amatoria y su inteligencia, estrella también por su rotunda e apodíctico belleza. Menos dudas hay sobre su —no confirmado— romance con la destino de la película, Vivien Leigh. Richard Burton contaría que la ya madura protagonista de Lo que el aire se llevó y el joven Beatty se acostaban en donde podían, lo que incluía armarios de escobas, mesas de billar o huecos debajo de las escaleras. A todo esto, Natalie y Warren seguían juntos; llegaron a convivir durante un año entre idas y venidas, pero la joven salió escaldada del romance. Biskind refiere que Warren Beatty no dudaba en coquetear con la hermana de Natalie, de 16 años, o dejarla tirada en un restaurante para fugarse con la encargada del guardarropa.