
Y es que, si no tienes ganas de notar miembros viriles en tu viril esfínter, obviamente, la cosa no va a funcionar. O al menos, probar una vez. Para que no digan que no lo has probado todo en esta vida. Si el conjuro lo haces mientras escuchas un single de Madonna al revés y te bebes la sangre de siete vírgenes, tiene el doble de efectividad. No sólo para la penetración anal, claro, también para tu vida cotidiana. Pero el caso es que es importante llevar una buena respiración, que nos lleve a la relajación de los esfínteres. Sólo que, hasta que te hayas adaptado al pene en tu interior, te relajes. Una vez lo tengas ya todo controlado, puedes dedicarte a respirar y gemir como si no hubiera un mañana.
I Escuchad. Fuera, llueve:—lluvia blanda, primaveral. La claridad da de lleno en un objeto maravilloso. Es una placa cuadrilonga de unos diez centímetros de altura. Tendido el cabello color de melaza por los hombros, rodea la cabeza diadema de diamantillos, sólo visibles por la chispa de luz que lanzan. La mano derecha de la figurita descansa en una rueda de riqueza obscuro, erizada de puntas, como el lomo de un pez de aletas erectas. En sillones forrados de yute desteñido, ocupan puesto alrededor de la mesa tres personas. Una mujer, joven, pelinegra, envuelta en el crespón británico de los lutos rigurosos. Un vejezuelo vivaracho, seco como una nuez.

Conozcamonos y vemos si surge algo bastante bonito. Imprescindible seriedad y limpieza. Le como la polla, lamere sus zapatos y haré todo lo que me pida. Soy una buena zorra, una maricona obediente con ganas. Me pongo medias y liguero mientras me observas y me tocas, podemos quedar y tomar algo.