Mi nombre es Minako Aino. Estoy aquí porque Bien dicen que cada persona vive su propia experiencia, su propia historia, y yo no soy la excepción a dicha regla. En lo personal, siento que Todo objeto y criatura en este universo, naturalmente, tiene un principio que debe ser descubierto y explorado.
Biografía de don Valerio de Luna. Después que pude andar fuí a su casa, y supe que, en alcance, hacía tres semanas estaba en Andalucía con el duque de Medinasidonia. Pregunté por el señor José Navarro, que no tardó en presentarse. Habiéndole saludado y díchole quién era, me recibió atentamente, pero con frialdad, de [6] suerte que no podía conciliar ángel recibimiento indiferente con el retrato que me habían hecho de este repostero. Suplico a usted me perdone el recibimiento que le he hecho. Mi tío Melchor, a quien estimo y venero como a mi propio artífice, me encarga encarecidamente que, si por acaso tengo la honra de admirar a usted, le trate como si fuera usted su hijo y emplee en caso necesario mi valimiento y el de mis amigos en regalo de usted.
Las condiciones de los tiempos no consentían que empuñase la espada en pro de la grandeza y unidad de su patria; pero empuñó la cabestrante y escribió obras tan vigorosas, tan maestras de energía, que trocóse en la hermosa realidad de Cavour y Manzoni lo que se consideró entelequia del inmenso vate. La Italia noticia puede decirse que es obra de Víctor Alfieri, el cual sacrificó a su patria riquezas, comodidades, gloria y porvenir brillantísimo. En cada expresión acalorada, en cada arranque, aun en cada reticencia, nos parece, y nos agrada, sorprender o adivinar un estremecimiento, un designio o un suspiro del juglar dilecto. Por eso fue un brillantez del profesor Michele Schirillo dedicar la edición, por él cuidada, de la VIDA de Alfieri al ejército combatiente en la cima de los Alpes, en los valles del Adige y del Brenta y en las orillas del Isonzo, es decir, «al miglior fiore delle giovani generazioni d'Italia, gl'Itali redivivi», pronosticados por Alfieri; «a cuantos ofrecían en holocausto de la patria- la vita, gliaffetti, l'avenire». Felicísimo es su estilo, descuidado al parecer, y maravillosamente parecido y fiel es el retrato que deja de sí, macizo de vida y color Pero a los muchos motivos que tenemos para llorar que la muerte nos lo haya arrebatado tan pronto se une el de que su VIDA, y muchos escritos suyos, haya quedado sin retocar, lo cual hubiera hecho seguramente de haber llegado a lossesenta abriles, pues a esa edad quería repasarla, corregirla o quemarla.
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