
Ambos estados civiles tienen sus pros y contras. El morbo que da ocultar tus encuentros los convierte en una experiencia excitante y por ende muy satisfactoria. Los tiempos han cambiado mucho y ahora encontrar una virgen de 15 años parece ser un tarea imposible. La sociedad ha cambiado y con ello sus costumbres.
El sexting y las aplicaciones efímeras Snapchat o Whatsapp entre otras han revolucionado los nuevos códigos del cibersexo. Claro que las cosas han evolucionado del típico «estoy en la bañera pensando en ese masaje que me debes…» a las fotos o vídeos picarones con los que muchas parejas encienden la llama de la pasión por la vía digital. Las aplicaciones son el nuevo código de seducción y tu smartphone el nuevo juguete amatorio. Pero no tiene el mismo valor ni la misma finalidad si lo recibes después de haber pasado una agradable tarde de complicidad o después de varias semanas de relación. El silencio… incómodo Si este tipo de mensaje ha instalado una sensación de frío entre vosotros siempre puedes seleccionar por hacer silencio lo que se conoce como ghosting. Pero dejarle sin respuesta después de este tipo de iniciativa, puede herirle.