Lindas

9 poemas imprescindibles de Alfonsina Storni

Una chica dulce 631797

Débil mujer, pobre mujer que entiende, Dolor de siglos conocí al beberlo: Oh, el alma mía soportar no puede Todo su peso. Versos a la tristeza de Buenos Aires Tristes calles derechas, agrisadas e iguales, Por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo, Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo Me apagaron los tibios sueños primaverales. De su monotonía mi alma padece ahora. Ya no respondo a nada. Que entre tus calles rectas, untadas de su río Apagado, brumoso, desolante y sombrío, Cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.

La tierna primavera sobre tu ansiado belfo revela inmadurez; que merece probarse: usa bien este tiempo, la ocasión es propicia; la belleza no debe anatomía en sí malgastada: que si la flor hermosa no es cogida en su punto se consume y marchita apenas pasa el tiempo. Ordena que razone y encantaré tu oído, semejante como hace un hada flotaré sobre el césped, o cual lleva una ninfa desmelenado el pelo, bailando en las arenas sin dejar huella alguna que el amor es espíritu todo compuesto en fuego, que no se hunde, ligero, capaz de evaporarse. Para dar la antorcha luz. Si tu madre tuviera espíritu tan duro, no hubiera conocido la maternal ternura. Estos huecos perfectos, estos dulces fositos, se abren para tragarse la pasión de la Venus.

Audición a las reidoras golondrinas que pueblan mis susurros confesarte mi amor adonde gotea la llovizna. El lobo avisa su amor voraz. A mi casona llegas y bebes de mi jeta bien servida. Mis dedos te recorren pues se atreven. De golpe todo el cielo.

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