
La idea es igualar y coordinar los movimientos y que haya mucho contacto físico cuerpo con cuerpo. Ya sea de pie o tumbados, la idea es que la pelvis de ella esté un poco por encima y eleve una de sus piernas para rodear la cintura de él. En este caso ella puede ayudarse del impulso de su pierna para coordinar los movimientos y acercarse o alejarse de él como guste. Igual que antes, con esta postura se consigue una penetración poco profunda que no permite mucho empuje por parte del hombre. La cruz El hombre tumbado de lado y la mujer recostada boca arriba en perpendicular cubriendo con sus piernas la pelvis de él. Como si el cuerpo de ella surgiese desde la cadera de él. Una postura que permite una movilidad recudida y una penetración poco profunda.
Lo que tienes que hacer es generar un ambiente idóneo para que el clima sea sensual, íntimo y despierte todos los sentidos. En lugar de comenzar ya en la cama, te recomendamos que para hacer gemir a una mujer no tengas prisa y le dediques tiempo a la conexión y a la diversión. La acrofobia es el peor enemigo de una mujer en la cama pues, como ya hemos dicho, ellas necesitan un poco de paciencia para que la excitación acuda a su cuerpo y la invada por completo. Te proponemos un juego: intenta evitar tocarle sus genitales, probad tocar cualquier parte del cuerpo y, así, descubriréis todos los puntos erógenos que hay y lo placenteros que son. Aquí te descubrimos los mejores preliminares para las mujeres que no pueden faltar en tu noche de amor y pasión. La monotonía sexual es la peor antagonista de la libido y, por baza, es importantísimo romper con la hábito e innovar en la cama sin prejuicios y con la total libertad. También podéis optar por encarnar personajes concretos como, por ejemplo, enfermera y paciente, policía y detenido, profesor y alumna, etcétera.