
Tiene el fin de ser ofrecido en forma de estudio o conferencia a grupos de jovenes y adolescentes Cristianos. Se espera que ellos hallan profesado a Cristo como Salvador y Señor. Tiene como meta final el ayudarles a mantener una vida pura en espiritu, alma y cuerpo para agradar a Dios y para el beneficio de ellos. El diccionario lo define como: Excitación de los organos genitales propios o de otrousualmente hasta llegar al orgasmo por medio del contacto manual, u otros medios que no incluyen penetración sexual.
Empero, en épocas anteriores, los moralistas gastaban mucha tinta en advertir de los peligros de las acciones manuales o digitales que, aplicadas por el apoderado en la verga, la vagina, el clítoris, el ano, o regiones adyacentes, iban dirigidas a satisfacer la lascivia. Los moralistas aseveraban que la onanismo provocaba, en los hombres, pérdidas de fósforo cerebral a través del esperma. Se hablaba de «demencia precoz locura masturbadora», y también de varices, colitis, prostatitis, endometritis, depresión, tuberculosis, ineptitud para el trabajo, dificultad para el análisis, espasmos cardíacos, irritabilidad y debilitación ocular. Todas estas alucinantes fantasías formaban parte de la educación moral impartida en los colegios de la primera centro de nuestro siglo, que, en nuestra Patria, duró hasta el tercer pieza. La «patología» de la masturbación servía de argumento propagandístico para uso de los buenos padres de familia, y de los santos varones y mujeres que nos educaban en los colegios religiosos de la época.
Yo estoy en las mismas, u es algo bien feo, siento q ya no me quiere Lorena dice: 4 febrero, a las am Mi esposo esta igual. No besa. No toca. Simplemente nada y tenemos poco de casados. Me ha despreciado mucho sexualmente hablando que estoy agotada emocionalmente,El dice que no siente deseo sexual asi de simpleque yo puedo masturbarme y comprar juguetes, que no hay brete para usarlos a solas ya que no desea participar … es el unico problema de nuestro matrimonio. Solo se que A partir de actualidad soy yo quién ya no quiere nada.
Hace unos años, un amigo me dirigió al blog de un joven llamado Lucha contra la masturbación y la pornografía. Era el nombre del blog, no del joven. Este confuso arrapiezo, un cristiano de apenas 17 abriles, estaba en un claro conflicto consigo mismo respecto a sus propios impulsos sexuales. Ante la gravedad del guión, en lugar de trolearle en los comentarios, que es lo que se hace hoy en día, en la internet joven e idealista de entonces lo que hicimos fue juntarnos unos cuantos amigos de diversa condición social y sexual y abrir un versus blog; lo llamamos Lucha contra la lucha contra la masturbación. Nuestra iniciativa y constancia no duraron mucho, empero sí lo bastante para darme tiempo a escribir un artículo explorando el tema de la masturbación desde un punto de vista bíblico, que he rescatado hoy aquí. Salvo porque levante mandamiento no existe. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Empero tengamos en cuenta unas cuantas cosas: 1.