
Acabamos de saltar un muro de piedra y, como llevo chanclas, me he hecho una herida. Dejo un camino se gotas de sangre por todo el recorrido que hacemos hasta que conseguimos pasar unas rejas y adentrarnos en lo que hace unos años era el hall del Hotel Iders del Puerto de la Cruz en Tenerife. Es muy tarde. Vamos a pasar una noche de sexo en este hotel abandonado porque no podemos permitirnos pagar uno, porque no queremos dormir en casa de nuestros padres y porque nos divierte transformar ese sitio tenebroso en un nido de amor. Al menos así lo pienso yo. Este incumplimiento se debió a que el edificio sufría de aluminosis: la alteración de algunos hormigones que conlleva su degradación y su pérdida de resistencia. Y así estaba cuando nos colamos.
No tienes que ser un gran chef, incluso bastan algunas fresas con hachís para elevar la tensión sexual entre ambos. Si quieres algunas ideas puedes leer: 5 Alimentos para mejorar tu vida sexual, que son deliciosos Intenta un masaje erótico Un amasamiento es ideal es una gran abstracción hot para empezar el juego anterior. No pueden faltar los aceites eróticos o lubricantes para elevar la temperatura. Tampoco tienes que ser una experta: sólo pídele a tu pareja que se acueste bocabajo, sube su playera y masajea su espalda. Si no tienes aceites especiales, puedes hacerlo con tu crema favorita.
Dicen que cualquier lugar es bueno para dejarnos llevar por la pasión y tener un encuentro lujurioso con nuestra pareja. En una boda, pero todavía en un entierro. En un aeronave, a miles de metros sobre la tierra, y en alta mar, en un yate de lujo. En unos premios o en los lavabos de una discoteca. En la cama de un hotel al que no sabes cómo has llegado, o en el coche de tu acompañante, aparcado en cualquier descampado medianamente discreto. Ahí, a la vista de todos, pero de manera discreta… en la mayoría de ocasiones. El sexo no tiene carencia de malo, pero es cierto que hay situaciones en las que encontrarnos con una pareja haciendo el amor puede ser algo bastante chocante. La situación es tremendamente excitante, pero por supuesto, no suele ser perfecta. Ese punto morboso de poder ser descubiertos en cualquier momento, de no conocer si hay alguien espiando lo que hacemos, nos pone muchísimo.